jueves, 19 de septiembre de 2019

RE-INCIANDO EN 3, 2, 1…

¡Cuánto tiempo ha pasado desde mi última entrada!

Pretendía ser algo más regular al escribir posts cuando inicié el blog, pero -sin que sirva de excusa- tampoco pude prometerlo por diversos motivos que ya imaginaba que podrían ir surgiendo. Como, por ejemplo, los actuales. Se reducen, básicamente, a que nos encontramos en septiembre: septiembre = comienzo del “Año Nuevo” y todo lo que ello conlleva (numerosas actividades, vuelta a las rutinas, continuación de búsqueda de empleo que complemente mi trabajo matutino, nuevas adaptaciones, etc.). E, hilando con el tema de las “nuevas adaptaciones”, aprovecho para introducir mi primera entrada tras la vuelta de vacaciones. Es el momento idóneo para hablar de ello.

Cuando empezamos el curso, no solo los niños (da igual la edad) tienen que adaptarse; también debemos hacerlo los adultos. Necesitamos reencontrarnos con los viejos alumnos y conocer a los nuevos y a sus familias y este proceso, a pesar de que pueda parecer fácil, no lo es en absoluto. Resulta, en muchas ocasiones, algo estresante. Pero no me centraré en el papel de los adultos, que, provistos de experiencias previas, autocontrol y autogestión de las emociones -entre otras- más o menos nos manejamos sin tener mayores repercusiones o consecuencias. Quiero ceder el protagonismo a los alumnos, especialmente a aquellos que entran por primera vez en una escuela infantil o en un colegio, para lo que, inevitablemente tenemos que hablar de eso que llaman “periodo de adaptación”.

El periodo de adaptación es “un proceso mediante el cual el niño va elaborando, desde un punto de vista sentimental, la pérdida y ganancia que supone separarse de su entorno familiar, hasta llegar a una aceptación interna de la nueva situación. Es el tiempo que cada niño necesita para adaptarse al nuevo entorno escolar y habituarse a la separación de sus cuidadores habituales y figuras de apego. Supone un momento de vital importancia en el entorno educativo para alumnos, familias y docentes” (Blog www.campuseducacion.com).  Hay que aclarar que el periodo de adaptación no solo se lleva a cabo cuando un niño entra por primera vez en el colegio o en la “guarde” (aunque sí sea, probablemente, donde lo encontremos más “dificultoso”); es igualmente importante facilitarlo en cualquier otro nivel o curso. De todos modos, si buscamos por internet, encontraremos miles de pautas y recursos beneficiosos para todos los implicados, por lo que no voy a repetir lo que fácilmente se puede encontrar en otras webs. Voy a compartir, sin embargo, algo que espero que os acerque de una forma más personal a este periodo. Para ello, he contado con la colaboración de una excelente familia (para la cual solo tengo palabras de agradecimiento desde que los conocí) que ha tenido la generosidad de ofrecernos su particular visión y vivencia de dicho proceso con su hija menor. Ella es Candela, tiene 3 años y ha empezado el colegio tan solo hace unos días.

“¿Qué sientes cuando dejas a tu hijo/a por primera vez en la guarde o en el cole?”
Es una mezcla de sentimientos: culpabilidad, desconfianza, orgullo, tristeza. Pero los primeros días, sobre todo, es culpabilidad. Una vez que compruebas que el niño entra y sale contento, aparece la sensación de “semitranquilidad”.

“¿Cómo estáis viviendo el periodo de adaptación en casa? ¿Notáis algún cambio?”
En el caso de Candela, ella no ha necesitado periodo de adaptación, aunque el centro lo ofrece. Aún así, es cierto que, de una manera u otra, aunque un niño no llore, se tiene que habituar a madrugar, a convivir con otros niños, a empezar a ser un poco más independiente y a llevar a cabo unas rutinas diferentes.

Candela nos lo ha puesto muy fácil y también el equipo de su anterior escuela infantil, con lo cual, los cambios que hemos notado han sido todos muy positivos.

“¿Cómo afrontáis la nueva situación? ¿Algún consejo para los nuevos papás?”
Candela ha comenzado este año el comedor y no lo lleva muy bien. Nosotros tampoco. Pero estamos afrontándolo viendo el lado positivo, pensando que el objetivo es la superación y que, finalmente, tiene su recompensa. Preguntamos a los monitores, hablamos con ella para que nos cuente cómo lo vive y cómo se siente y celebramos los logros.

Es muy importante animar a los niños y hacerles ver que ellos son capaces de adaptarse.

“Por último, ¿creéis que es importante pasar primero por la escuela infantil para facilitar el paso al segundo ciclo?”
Indudablemente la adaptación al colegio con el previo paso por la escuela infantil es mucho más fácil. Ya están familiarizados con la convivencia, el compartir, las rutinas, etc.


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